martes, 10 de abril de 2012

Y yo que creía

Y yo que creía que iba a ser más fácil. Todo estaba claro, desde siempre, ordenado en mi cabeza. Y de repente... de repente todo sale como siempre quise, y me pilla de improviso. De repente no soy como pensé, de repente no tengo miedo, pero pienso que debería tenerlo. Pienso que debería aferrarme con fuerza, pero prefiero cerrar los ojos, alzar los brazos y dejarme mecer por el viento. Y me encuentro bien, quizá demasiado. ¿Qué pasará cuando abra los ojos? ¿Qué pasa si un día quiero agarrarme y descubro que ya no queda nada que me pueda sostener, que estoy yo, cansada, contra el fuerte viento y que puedo caer? Porque entonces sí tendría miedo. Mucho. Y no habría nada que me impidiera caer al vacío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario