Hay un sentimiento cálido dentro de ella. Abre los ojos y lo
encuentra tumbado a su lado, sonriéndola.
-Buenos días, princesa.
Deposita un beso en sus labios, otro en su frente, y la
pregunta:
-¿Quieres seguir en la cama un rato?
-Claro, contigo.
Continúan abrazados hasta que los brillantes rayos de sol
que entran por la ventana les incitan a levantarse.
-Vamos a la ducha.
Unos minutos después, se abre la puerta del baño, y salen
unos pies descalzos que se dirigen a la cocina. Él la observa desde atrás:
lleva su camiseta, que le queda ancha y grande, pero le queda bien. Le gusta
como cae el pelo por su espalda, y la forma que tienen sus piernas asomando por
debajo de la camiseta mientras camina.
-¿Qué te apetece desayunar?-dice, mientras la alcanza y la
besa en el cuello.
-Tostadas.
-Me parece estupendo. Yo las hago.
-Yo voy calentando la leche.
Mientras esperan a que se caliente el desayuno, se observan.
Sonríen, se abrazan y se besan dulcemente.
-Te quiero preciosa, eres lo más bonito que tengo. Nunca te me
vayas.
-No tengo pensado irme de tu lado.
Dan la vuelta al pan, y él la besa la mejilla.
Para cuando terminan de desayunar, la bandeja está
abandonada encima de la mesa. Pero ellos no se han olvidado del otro. Y no lo
harán nunca.
Hola guapa! Me parece precioso lo que has escrito! Y he estado leyendo otras muchas entradas que has publicado y me han gustado muchísimo! Sigue escribiendo así de bien :)
ResponderEliminarTe dejo aquí mi blog para que le eches un vistazo cuando quieras y si ves que te gusta sígueme si quieres :) Un beso enorme!
http://elarmariodeale.blogspot.com
¡Muchas gracias! ^^ Me alegra que te gusten, y espero que lo que siga escribiendo te guste también.
EliminarUn abrazo muy fuerte. ^^